martes, febrero 19, 2008

CUCO.


Cuco llegó al refugio asustado y ahuyando de dolor. Le habían atado las orejas a lo alto de la cabeza con un alambre y se las habían cortado al ras con un cuchillo de caza. Esta práctica atroz y terrible se realizaba en los años 60 con perros destinados a la caza o a las peleas, con el fin de evitar que se produjeran heridas sangrantes, les cortaban las orejas cuando eran cachorros. Esta pesadilla la ha sufrido Cuco en sus propias carnes. Fue encontrado muy asustado, escondido debajo de un camión y llevado a El Refugio. Gracias a esta maravillosa ong para la que nunca tendré suficientes palabras de agradecimiento por todo lo que hacen por los animales abandonados, Cuco fue curado de sus heridas aunque estuvo sedado mucho tiempo porque tenía mucho dolor. La buena noticía es que hay una familia que lo ha adoptado y ahora es un perro feliz en manos responsables. ¿Justicia?, para mí justicia es hacer al desalmado que causó semejante daño a este animal lo mismo que hizo él a un ser indefenso.

1 comentario:

Perico dijo...

Correcto, a dicho individuo habría que aplicarle "el ojo por ojo y diente por diente". Pero hija mía, mientras podamos "disfrutar" de la fiesta nacional, dudo que tengamos una ley de protección animal como Dios manda.

Besets.